Suwer de Djibril Diene

El Cardenal –Suwer– (Dakar, Senegal)

La gente Serer, Wolof o Mandinga prefiere escribirlo suwer, pero no nos cabe la menor duda de que viene a ser una transcripción ortográfica de la palabra francesa sousverre, que debería traducirse por «bajo el cristal» (por aquello de que se pintan en el reverso de un trozo de vidrio), una palabra que los franceses prefieren usar, sin embargo, para referirse a un triste posavasos.

Pero vayamos al grano: el suwer es una expresión artística colorista y vital que nació a principios de siglo XX en las ciudades costeras de Senegal como una reacción a la escasa permisividad mostrada por los colonizadores franceses hacia la difusión de las ideas y textos islamizantes. El rígido control ejercido sobre las imprentas de Saint Louis o Dakar por la administración colonial determinó que surgiera muy pronto un ejército de artistas callejeros que reproducían coloridas escenas coránicas bajo trozos de vidrio, que luego eran muy apreciadas por una población mayoritariamente analfabeta. Las imágenes protagonizadas por Noé y su Arca, por Ismail e Ibrahim, por Omar y Alí sumergidos en épicas batallas o incluso por heterodoxos retratos del Profeta eran las favoritas de artistas tales como Mor Gueye, Ibrahima Sall o Gora Mbengue, ahora rescatados y alzados a los altares del Arte con mayúsculas por los gurús del Pop Art.

Más tarde los motivos religiosos irían siendo sustituidos por la nostalgia de la vida en la aldea, por la temática profana o incluso por la desilusión aparejada a un progreso que parecía resistirse a alcanzar a los países de África.

El Suwer que sugerimos en esta ocasión es una obra de Djibril, uno de los más reputados artistas vivos del Set-Setal, un movimiento artístico surgido en los años 70 del siglo pasado como una reacción ante la desilusión que embargó a los países africanos una década después de la independencia.

Altura: 24 cm; Ancho: 32 cm