Cuentas de hueso
Collar de hueso –origen Camerún– (procedencia: Koforidua, Ghana)
Desde que los humanos empezamos a serlo siempre tuvimos tendencia a adornar nuestros cuerpos con abalorios fabricados con materiales variados. Algunos son efímeros; otros, por el contrario, pueden lucirse una y otra vez y, por eso, deben fabricarse con materiales firmes y persistentes.
Hasta que nuestros antepasados empezaron a trabajar metales todos esos adornos se fabricaban con materiales fáciles de obtener en el entorno inmediato: amuletos de piedras, maderas, marfil, conchas marinas y hueso tallados, o barro moldeado y cocido colgaban de sus fornidos pescuezos. Después llegaría el cobre, el bronce, el vidrio o, mucho más tarde, el plástico, y entonces los abalorios elaborados con esos materiales pasaron a llenar nuestras vidas.
Ahora todo parece más moderno, pero... En realidad, aquellos elementos naturales de antaño nunca llegaron a desparecer, y las cuentas de terracota de Djenné, las de bauxita ghanesa, las ristras de cauris o las cuentas de hueso siguen brillando en los catálogos de abalorios y garambainas.
El collar que proponemos ahora es un diseño espectacular, de reciente elaboración, en el que veinte cuentas cilíndricas de hueso vacuno (alrededor de 45 mm de longitud y 27 mm de sección) adornadas con «ojos» pirograbados a la moda de las antiguas cuentas bantúes se alinean a lo largo de un cordón de algodón de unos 112 cm.
Peso: 890 g
Material: Hueso y fibra vegetal |